27 FEBRERO, 2019
Anteriormente hemos hablado de los tipos de anti derrames químicos, así como la actuación en caso de vertido de químicos. Sin embargo, también es de suma importancia saber qué fuentes de vertido podemos tener en nuestra área de trabajo y cómo podemos clasificarlas.
Pueden ser desde tambores, cubetas, frascos de vidrio, fugas o goteos. Además, un derrame químico puede venir de objetos de nuestro día a día que muchas veces olvidamos revisar y controlar, como por ejemplo; mangueras viejas, retenes agrietados, válvulas, maquinaria o empaques en mal estado, vehículos que transportan líquidos o productos, y todo tipo de operaciones que incluya líquidos en su proceso.
El equipo de seguridad personal, para quien vaya a controlar el derrame, va a depender del tipo de líquido o fuente. De ahí proviene la importancia de identificar el tipo de derrame antes de comenzar la labor.
Los tipos más comunes de líquidos derramados en la industria son:
Aceites lubricantes, derivados del petróleo, no corrosivos, si inflamables.
Además de conocer el tipo de químico a controlar, es importante tener a la mano la clasificación de peligrosidad de los derrames.
Las siguientes clases son las más importantes de controlar con un Plan de Emergencias:
Cuando hablamos de un correcto control de derrames, conocer a fondo la clasificación y características de tus sustancias, también existen otros factores de tu área de trabajo que deberás considerar para una actuación lo más eficaz posible.
La pendiente de los pisos (grados de inclinación) de cada área de trabajo, por lo menos, las áreas con mayor tráfico de materiales líquidos.
Tener localizadas todas las alcantarillas, coladeras y drenajes cerca de cada área de trabajo. Esto nos ayuda a bloquearlas rápidamente y así evitar escurrimientos de los líquidos.
En caso de que existan corrientes de viento en las áreas de trabajo, es necesario controlarlas para evitar intoxicaciones o mareos en caso de una fuga de gases.