13 SEPTIEMBRE, 2025
En la actualidad, las industrias enfrentan el reto de garantizar la gestión responsable del agua en sus operaciones.
Uno de los pilares para lograrlo es el uso de una planta de tratamiento de aguas residuales, infraestructura que permite reducir los impactos ambientales, cumplir con las normativas vigentes y reutilizar el recurso en procesos productivos.
A través de tecnologías avanzadas, estas plantas eliminan contaminantes físicos, químicos y biológicos presentes en las descargas, garantizando un agua tratada de mejor calidad.
La importancia de una planta de tratamiento de aguas residuales no se limita solo a la operación industrial; también contribuye al cuidado del entorno, la salud pública y el cumplimiento ambiental, aspectos fundamentales en una economía circular y sostenible.
En el siguiente blog, te presentamos los objetivos principales, así como los procesos claves de una planta de tratamiento de aguas residuales.
El tratamiento de aguas residuales en una planta industrial persigue finalidades técnicas, económicas y ambientales. En la eliminación de sólidos suspendidos se busca retirar arenas, lodos, grasas y otros elementos visibles que entorpecen los procesos de depuración.
Mientras que en los procesos de reducción de contaminantes industriales disueltos, como metales pesados, aceites, colorantes, solventes y compuestos orgánicos se busca una mejor producción de agua más estable y segura que pueda reutilizarse en procesos productivos o verterse en cuerpos receptores sin generar riesgos para el ecosistema.
Con el fin de un cumplimiento ambiental que pueda alinearse con las normas nacionales e internacionales, garantizando que las descargas no rebasen los límites máximos permisibles. En este sentido, una planta de tratamiento de aguas residuales no solo es una obligación regulatoria, sino una inversión estratégica para la eficiencia operativa y la reputación de cualquier empresa.
El monitoreo constante es esencial para evaluar la eficiencia de los sistemas de depuración. Los análisis fisicoquímicos permiten determinar parámetros como la demanda Bioquímica de Oxígeno (DBO5), que indica la cantidad de materia orgánica biodegradable, así como la demanda Química de Oxígeno (DQO) que refleja la presencia de compuestos oxidables.
No obstante, es importante tomar en cuenta los sólidos Suspendidos Totales (SST) que señalan la carga de partículas sólidas para cuidar el pH, conductividad y turbidez, parámetros clave para la estabilidad del agua tratada.
Estos indicadores ayudan a diseñar estrategias de control, ajustando procesos en cada planta de tratamiento de aguas residuales según las características específicas de las aguas negras industriales.
En México, el tratamiento de aguas residuales se encuentra regulado por normativas como la NOM-001-SEMARNAT-1996, que establece límites máximos de contaminantes para descargas en cuerpos receptores, así como la NOM-002-SEMARNAT-1996 y la NOM-003-SEMARNAT-1996, que regulan el uso de agua tratada con fines de riego.
De igual manera, la Ley Federal de Derechos y los criterios de la CONAGUA determinan parámetros de control que las empresas deben cumplir. La implementación de una planta de tratamiento de aguas residuales adecuada asegura no solo el respeto a la ley, sino también la reducción de sanciones y el fortalecimiento de la responsabilidad social empresarial.
El cumplimiento ambiental se convierte en una ventaja competitiva para las compañías que buscan certificaciones, contratos internacionales o mejorar su reputación ante consumidores conscientes.
Las aguas negras industriales pueden contener una amplia gama de contaminantes que requieren procesos combinados para lograr resultados efectivos. En primer lugar, recomienda realizar un pretratamiento el cual consta de la separación de sólidos grandes mediante cribas y desarenadores.
Posteriormente, se realiza un tratamiento primario en donde la sedimentación de sólidos en suspensión y separación de grasas y aceites para poder realizar un tratamiento secundario en donde se realizan procesos biológicos como lodos activados, filtros percoladores o reactores anaerobios para degradar materia orgánica.
Para el tratamiento terciario, la eliminación de nutrientes como nitrógeno y fósforo, así como desinfección mediante cloro, ozono o radiación UV, son la clave para realizar procesos avanzados.
En este último proceso se hace uso de tecnologías como ósmosis inversa, carbón activado o membranas de ultrafiltración para obtener un agua de alta calidad que pueda reutilizarse en procesos industriales.
Gracias a estos pasos, los sistemas de depuración permiten transformar las aguas negras industriales en un recurso aprovechable, alineado con los principios de economía circular.
Uno de los mayores beneficios de una planta de tratamiento de aguas residuales es la capacidad de reincorporar el agua a los procesos productivos.
En sectores como la minería, textil, farmacéutico y de alimentos, el tratamiento de aguas residuales se orienta hacia la producción de un efluente libre de contaminantes industriales, lo que garantiza su uso seguro.
De esta manera, las empresas logran reducir su consumo de agua fresca, optimizar costos operativos y minimizar la huella hídrica.
El avance tecnológico ha impulsado la implementación de sistemas de depuración cada vez más sofisticados. Sin embargo, las aguas negras industriales presentan retos particulares.
Alta variabilidad en la composición de contaminantes, presencia de compuestos emergentes como microplásticos, fármacos y pesticidas son algunos de los retos que se viven día a día. No obstante los costos asociados a la operación y mantenimiento de una planta de tratamiento de aguas residuales pueden representar complicaciones en el proceso.
La innovación en tratamientos avanzados, monitoreo en tiempo real y soluciones químicas especializadas, como las que ofrece Contyquim, se convierten en aliados clave para superar estos desafíos.
Es por eso que una planta de tratamiento de aguas residuales es mucho más que una instalación técnica: representa un compromiso de las industrias con la sostenibilidad, el cumplimiento ambiental y la eficiencia operativa.
Gracias a los avances en sistemas de depuración, hoy es posible transformar las aguas negras industriales en un recurso aprovechable, eliminando contaminantes industriales y asegurando la protección de los ecosistemas.
En Contyquim brindamos soluciones integrales y químicas especializadas para optimizar cada etapa del tratamiento de aguas residuales, ayudando a las empresas a alcanzar sus metas de sostenibilidad y responsabilidad ambiental.