20 JUNIO, 2022
Al ser el agua un recurso natural indispensable, la calidad de esta es un asunto de suma importancia y puede tener diferentes características dependiendo del origen. La dureza del agua se refiere principalmente a la alta presencia de minerales de calcio y magnesio contenidos en ella, y su origen está relacionado con las características geológicas de la zona donde habitemos.
El uso de este tipo de agua puede ser perjudicial para nuestra operación. Y es que, además de afectar la eficiencia de equipos como cafeteras y máquinas de hielo como consecuencia del exceso de cal, también aumenta el consumo de productos de limpieza, ya que las sales de calcio y magnesio interfieren con la acción de los detergentes y sanitizantes.
También la alta dureza genera problemas en el proceso de lavado de la ropa, ya que una adecuada remoción de residuos puede provocar agrisamiento y desgaste acelerado del algodón, pobre remoción de suciedades y aspereza
Es por eso que, si se observa que la ropa no queda del todo bien una vez la sacamos de la lavadora, puede haber un problema de dureza con el agua suministrada a la lavandería. Si además, se quiere reducir gastos, la mejor solución es contactar a un asesor experto en temas de agua.
Existen una serie de señales que nos indican que el agua que usamos está perjudicando el proceso de lavado:
La dureza del agua ha de tenerse en cuenta a la hora de determinar la cantidad de detergente necesario en cada lavado. Uno de los indicativos del uso de agua dura es que impide o retrasa la formación de espuma.
Esto puede restar el poder limpiador de un detergente. Así que, cuanto más calcio tenga el agua, más producto vas a necesitar para lavar la ropa. Como alternativa, existen productos formulados específicamente para combatir la dureza como el Clax DiverPro 7 ®
También debes tener en cuenta que los residuos de calcio a veces pueden provocar manchas en la ropa, así como al tacto áspero incluso aunque se haya utilizado suavizante. En algunos tejidos, este residuo puede quedar atrapado en las fibras y acabar rompiéndose, dando lugar a la aparición de pequeños agujeros.
El uso de agua dura en el lavado de nuestra ropa también provoca que, una vez secas, las prendas queden rígidas y acartonadas. También pueden aparecer pequeñas manchas blancas de calcio.
Para evitar los efectos negativos de la dureza del agua sobre la ropa la mejor solución es instalar un suavizador que tenga la capacidad de remover adecuadamente el exceso de calcio y magnesio. Esto no solo nos permitirá dosificar adecuadamente los productos de lavado, sino que además estaremos protegiendo los equipos de los efectos del calcio y alargando su vida útil.
Como suele suceder en muchos procesos, la elección del equipo adecuado para nuestra operación es crucial para tener el beneficio esperado, manteniendo los costos controlados.
Por ello, la elección del equipo correcto debe ser guiada por un experto que nos ayude a considerar todos los factores que influyen y que nos brinde el soporte posterior para la correcta operación y mantenimiento del mismo.
Si necesitas información más detallada para la elección de un suavizador o si requieres de soporte para el mantenimiento preventivo o correctivo, puedes enviarnos una solicitud a través del correo y un especialista de la línea TIDA se pondrá en contacto contigo.