13 MAYO, 2019
El aseguramiento de la calidad del agua de alimentación y del agua en el proceso se consigue cumpliendo con los requerimientos de las normas que definen los parámetros involucrados en el tratamiento del agua.
Por esta razón, es de suma importancia que el tratamiento, así como las pruebas de agua, sean llevados a cabo por compañías especializadas en coordinación con el equipo de trabajo de la planta, pues existe un papel complementario para ambos con el fin de resolver los problemas que afectan al equipo y repercute en el proceso.
Los principales problemas que pueden aparecer en la utilización de equipos de intercambio de calor vienen motivados por los siguientes procesos:
Incrustaciones
Corrosiones
Las incrustaciones cristalinas y duras se forman directamente sobre la superficie, por cristalización de sales y sílice. Están constituidas, esencialmente, por elementos cuya solubilidad decrece al aumentar la temperatura. Generalmente son carbonatos, sulfatos, hidróxido de calcio, hidróxido de magnesio, sílice, entre otros.
Las incrustaciones son peligrosas porque afectan la conductividad térmica de los sistemas. De igual manera, puede provocar taponamientos que son difíciles de remover, reduciendo la eficiencia y vida útil del equipo.
Las sustancias contenidas en las aguas naturales o brutas, son sales de calcio y magnesio, normalmente bicarbonatos y sulfatos.
La dureza total del agua, es la cantidad total de calcio y magnesio disuelto.
La dureza permanente representa la cantidad de sales de magnesio y calcio que subsisten en el agua después de una ebullición prolongada.
Cuando el agua bruta se somete a algún tratamiento para eliminar el calcio y magnesio, se dice que el agua ha sido ablandada.
Pueden formarse depósitos e incrustaciones, así como corrosiones localizadas en ciertas partes del equipo. Por lo que se recomienda realizar un análisis periódico de este parámetro, siendo un indicador de la corrosión en el sistema.
La sílice puede precipitar como con el sulfato cálcico formando incrustaciones peligrosas por su extraordinaria dureza, de aspecto vítreo y muy adherentes.