Para llevar a cabo la limpieza y el mantenimiento de los diferentes equipos industriales, se requiere tener conocimiento sobre las necesidades que se presentan y cuáles son los productos específicos que se requieren para cada proceso.
En la actualidad existen diferentes productos de limpieza enfocados a un uso en específico. Entre ellos se encuentran los desengrasantes.
Los desengrasantes pueden clasificarse en dos principales categorías: Base agua y base solvente.
Los desengrasantes base agua, se clasifican en tres principales tipos: Ácidos, neutros y alcalinos.
Los desengrasantes ácidos son aquellos que cuenta con un pH inferior a 5. Son efectivos para la limpieza de los rines, tolvas, desincrustado de ligeras capas de sarro, así como para remover el efecto amarillento causado por utilizar productos altamente alcalinos que no se enjuagan efectivamente.
Los desengrasantes neutros se encuentran en un rango de pH entre 6 y 8. Éstos remueven grasas ligeras de todo tipo de superficies. No generan corrosión, no atacan plásticos, pintura o cables eléctricos.
Los desengrasantes alcalinos son aquellos que cuenta con un pH superior a 8. Permiten ablandar, desprender e incorporar a su composición fácilmente grasas, aceites y residuos solidificados por el proceso de carbonización, debido a su alto nivel de pH los desengrasantes alcalinos son muy efectivos para remover grasa y suciedad pesada.
Los desengrasantes base solvente son ideales para remover las manchas ocasionadas por petróleo, diésel, asfalto, aceite quemado, chapopote, combustóleo y pinturas viejas. Elimina la grasa adherida que va deteriorando las superficies. Algunos de ellos cuentan con propiedades dieléctricas, por lo que pueden ser empleados para la limpieza de motores, equipo eléctricos y electrónicos.