10 JUNIO, 2020
Derivado a la pandemia mundial que se vive actualmente causada por el COVID-19, han surgido una gran variedad de dudas en la población en general sobre las recomendaciones que debemos realizar para prevenir la ola de contagios.
Entre las medidas estipuladas por el gobierno, se encuentra el uso obligatorio de cubrebocas en espacios donde surgen aglomeraciones. La principal razón de ser es que el SARS-COV-2 se transporta a través de las secreciones respiratoria emitidas por nariz y boca. El uso de cubre bocas, ayuda a retener las gotitas de saliva emitidas por tos y estornudos, evitando así que lleguen a superficies que propicien la propagación de enfermedades infecciosas de persona en persona.
Hoy en día, podemos encontrar en el mercado una gran variedad de cubrebocas, sin embargo, es importante conocer cuál es el alcance de protección que ofrece cada producto.
En CONTYQUIM contamos con cubrebocas VORTEX, los cuales son de un tejido textil de apertura 0.3 um entre sus fibras, dando como resultado el mismo diámetro de filtración que las mascarillas N95, por lo que cuenta con la retención mecánica contra aerosoles equivalente a las áreas médicas. Los cubrebocas cuentan también con fibra de carbón para no atraer los aerosoles a nuestro alrededor, haciéndolo más seguro para su uso contra biológicos y evitando la acumulación de energía electrostática a nuestro alrededor. Además, cuenta también con un tejido interno de material NON Woven que ayuda hacer más eficiente la filtración de partículas.
Las mascarillas Vortex pueden ser reutilizadas después de lavarse e incluso pueden esterilizarse nuevamente a través de procesos de calor por autoclave, por lo que el producto nos ofrece un buen balance entre costo/ambiente/beneficio.