5 ENERO, 2022
Un desengrasante es un producto que ayuda a remover suciedad, aceites y grasas difíciles de retirar. Esto se logra penetrando y separando dichas grasas de las superficies manteniéndolas en suspensión, que con el enjuague permiten dejar la superficie libre de residuos.
Los desengrasantes se pueden clasificar según su base: Base solvente, Base agua; y según su ph en ácidos, alcalinos y neutros.
Los desengrasantes base solvente: son aquellos que en su formulación contienen un solvente como el butoxietanol, Hexano, Exxsol, entre otros. Los cuales desprenden la grasa de la superficie y se evaporan.
Los desengrasantes base agua: son aquellos que incorporan elementos tensoactivos o surfactantes para retirar y emulsificar las grasas; tales como el Lauril Éter Sulfato de Sodio, Nonil Fenol, ADBS, entre otros.
La diferencia entre estos dos tipos de desengrasantes es que los de base solvente se utilizan para desengrasar partes electrónicas, motores, o aquellas piezas que no permiten el enjuague con agua. Mientras que los desengrasantes base agua, pueden emplear el agua para el enjuague de la pieza ya que ésta no sufre daño por ella.
La principal diferencia entre los desengrasantes ácidos, neutros y alcalinos es el tipo de grasas y suciedades que eliminan y el tipo de superficies donde se van a emplear, por ejemplo, los desengrasantes ácidos se utilizan en su mayoría para desengrasar piezas plásticas, y retirar aceites ligeros e incrustaciones metálicas de sales. Los desengrasantes neutros retiran grasas ligeras y aceites más pesados, y por lo regular para cualquier tipo de superficies metálicas o plásticas. Los desengrasantes alcalinos son ya de uso industrial, retiran grasas pesadas y suciedades o lodos del proceso de formado de piezas o equipos. Se recomienda usarse en superficies metálicas preferentemente aluminio o acero inoxidable.